La niña que caminaba entre aromas

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La niña que caminaba entre aromas © 2012 del texto: Ariel Andrés Almada © 2012 de las ilustraciones: Sonja Wimmer © 2012 Cuento de Luz SL Calle Claveles 10 | Urb Monteclaro | Pozuelo de Alarcón 28223 Madrid | España | www.cuentodeluz.com ISBN: 978-84-15619-18-5 Impreso en PRC por Shanghai Chenxi Printing Co., Ltd., agosto 2012, tirada número 123 Reservados todos los derechos

A nuestro perro Tomi, quien nos ha brindado tanto amor durante tantos años... — Ariel Andrés Almada


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Cuando Ana nació, todo estaba

a oscuras Podía sentir el calor de su mamá al sostenerla en sus brazos, el perfume de la camisa recién lavada de su papá y, muy a lo lejos, el trinar de los pájaros que despertaban con pereza a la primavera. Pero, por lo demás, todo estaba a oscuras.


A medida que fueron pasando los años, Ana comprendió que era diferente. Oía a sus amigos hablar de colores y de formas, pero para ella todo era confuso. Su mamá le dijo una mañana:

«El

azul se siente así» y le hizo sostener un cubito de hielo entre las manos.


l

así»

o roj

«Y e

mientras le hacía acercar las manos al fuego de la chimenea con mucho cuidado para que no se quemara. Ella sonreía y giraba su cabecita hacia el lugar de donde procedía la voz de su mamá.


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Así, un día empezó a esquivar los muebles antiguos de su casa. Sabía que se lustraban con cera de un olor muy particular, el cual podía sentir fácilmente. Si se acercaba mucho a ellos, el aroma se hacía más intenso, para desvanecerse poco a poco según se alejaba. Un paso para aquí, otro para allá, y dejaba atrás la mesa del comedor. Un paso hacia la izquierda, tres hacia la derecha y, como si estuviera bailando, podía ir desde la cocina a su habitación sin pedir ayuda. A la semana aprendió a pasar junto a los jarrones llenos de rosas frescas, a guiarse hasta la cocina por el aroma de las galletas de su abuela e incluso a no pisar la cola de su gato, Paris, que siempre tenía un curioso perfume a canela. Y entonces un día, y sin saber exactamente cómo, Ana se dio cuenta de que a pesar de ser diferente podía hacer cosas muy especiales.



Pรกginas ocultas





Ana pasa las tardes entre ollas y fogones, cocinando en la antigua casa con su abuela. Aunque no puede ver, Ana tiene el don de conocer nuestras más íntimas emociones y de evocarlas con sus mágicas mezclas de canela y azafrán. Pero un día, encontrará una persona que despertará en ella una infinita ternura y abrirá sus sentidos a un mundo totalmente desconocido.

La niña que caminaba entre aromas es una deliciosa historia que conmueve desde el primer momento y nos enseña que, si queremos, todos podemos transformar nuestras debilidades en fortalezas.


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